En la mañana del 24 de agosto del año 79 de nuestra era, una columna de humo comenzó a ascender del volcán Vesubio. La población pensó que se trataba de una emisión más de humo, como ya había pasado en ocasiones anteriores. Pero esta vez la erupción destruyó las antiguas ciudades romanas de Herculano y la más famosa Pompeya, ambas en la región italiana de la Campania.
Ahora, un equipo de investigadores de varias instituciones europeas, entre ellas, el Instituto de Microelectrónica y Microsistemas de Nápoles (Italia) y el Sincrotrón Europeo de Grenoble (Francia), ha llevado a cabo un proyecto para descifrar el contenido de uno de los papiros enrollados y carbonizados hallados en los restos de Herculano. Los resultados de la investigación se han publicado en el último número de Nature Communications.
Cientos de rollos de papiro, enterrados por la mítica erupción, fueron descubiertos hace 260 años en la biblioteca de la Villa de los Papiros, una enorme villa romana de la ciudad Herculano. El gas volcánico caliente producido durante la erupción carbonizó los manuscritos, haciéndolos frágiles y quebradizos. Esto ha dificultado los numerosos intentos de desenrollar los rollos para poderlos leer. Hasta ahora solo se ha logrado dañarlos o destruirlos.
El equipo, liderado por Vito Mocella, investigador del Instituto de Microelectrónica napolitano, ha utilizado tomografía de contraste de fase de rayos X para descifrar el texto de uno de los rollos, “un proceso bastante difícil, ya que tanto el papiro enrollado como la tinta de carbón negro, que se utilizaba para escribir, absorben los rayos X débilmente”.
Papiro enrrollado de Herculano.
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Sin embargo, según explica Mocella, “la tomografía de contraste de fase de rayos X, se utilizó con éxito para discriminar la tinta con respecto al papiro, pese a que sus composiciones químicas son similares”. El método usa las diferencias de fase de las dos sustancias, es decir, mide la rapidez con la que la luz u otra radiación se propagan a través de una sustancia, contribuyendo a mejorar el contraste.
Los papiros forman parte de la única biblioteca que ha llegado hasta nuestros días desde el mundo clásico. Los investigadores confían en que su método se pueda utlizar para ayudar a descifrar otros papiros de la misma colección.
El equipo también ha descubierto que el estilo de escritura del rollo analizado es similar al de otros papiros herculanos escritos por el filósofo Epicúreo Philodemus. De hecho, consideran la posibilidad de que este autor clásico pudiera haber escrito el papiro examinado, que se pudo redactar en algún momento del segundo cuarto del siglo I a. C
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